Braulio Ortiz, profesor de Educación Básica de segundo ciclo en el Liceo Malaquías Concha de La Granja, forma parte del Interescolar Ambiental desde 2021. Desde que comenzó a trabajar junto a Kyklos por la educación ambiental, han participado en las campañas de Biotex por el correcto uso de mascarillas; de Agua en Curso, sobre el cuidado del recurso hídrico; y en el desafío Soprole Sonrisa Circular.

Braulio se interesó en este último desafío, porque le gustó el hecho de reciclar envases de Tetra Pak y de plástico PS. Ellos no cuentan con un punto verde en el establecimiento, por lo que lo consideró una oportunidad para enseñar a los estudiantes a reciclar. Antes, los alumnos habían incursionado en la recuperación de residuos visitando el punto limpio de su comuna, pero quedaron con ganas de hacer algo desde la comunidad educativa, por eso cuando Braulio supo del desafío de recolección de envases, se decidió a participar.

“Empezamos a recolectar súper poco. En el colegio nos decían los cartoneros, éramos la burla”, cuenta. El docente comenzó trabajando con su curso, el 6to básico, junto a la ayuda de las asistentes de aseo y la secretaria. Partieron por recolectar lo que se quedaba en el almuerzo en el casino, “limpiábamos las cajas y las guardábamos”. Al comienzo no había interés del resto de los cursos, de hecho el contenedor facilitado por Kyklos para la recolección, era un basurero más. “Tuvimos que hacer una campaña de educación masiva, pusimos un cartel diciendo que no era basurero y que dejaran ahí los envases de Tetra y yogur”, cuenta el profesor. A partir de esa campaña interna, los otros estudiantes comenzaron a dejar sus envases en un sector del casino para ser recolectados y lavados por la encargada de ese espacio.

Este profesor de Matemáticas, comenzó con una cuadrilla de seis niños de su curso y le comentó a los apoderados. De esa forma, la primera semana juntaron mil envases, la segunda tres mil y la tercera cinco mil. “No lo podíamos creer, incluso aparecimos en el ranking de establecimientos. Hubo una semana que juntamos casi 30 mil”, dice.

Este liceo hizo un trabajo de comunicación y recolección exhaustivo, que consistía en que los estudiantes del 6to —ya todos involucrados— pasaban sala por sala revisando los basureros, recolectando los envases de JUNAEB y lavando al final de la jornada junto a Braulio, las asistentes e incluso algunos apoderados que se sumaban. “Hasta los vecinos nos mandaban cajas”, dice el profesor que no solo contagió a su curso, sino a todos los niveles del colegio así como al resto de profesores que abrían sus aulas cuando llegaban los estudiantes del 6to a buscar cajas. Incluso algunos se sumaban a la limpieza de envases. “Hubo un profesor de IV medio que le dijo a su curso ‘acaban de recibir la mejor clase de educación ambiental de su vida: ellos están preocupados de algo que nosotros estamos botando’ cuando llegaron los niños de mi curso a revisar el basurero”, cuenta el docente.

Con las semanas, los contenedores de Kyklos quedaron pequeños y decidieron conseguir sacas que repletaron. “Pasarían unas 4 o 5 veces a retirarnos los envases. En las últimas dos recogidas se llevaron unos 100 mil”, cuenta el profesor.

En total lograron recuperar y limpiar casi 171 mil envases de Tetra Pak y PS durante los tres meses de campaña. A pesar del esfuerzo conjunto y la educación ambiental que acompañó todo su proceso, no ganaron el desafío, pero Braulio está orgulloso de lo que hizo su curso y de cómo contagiaron a todo el establecimiento con su deseo de aportar al cuidado del medio ambiente. “La Nicolette, el Leo, el Dante, el Kevin o el Juan Diego eran mi cuadrilla top y se quedaban hasta el final para lavar las cajas, llegaban apoderados y niños más chicos a lavar también. Ya después estaba todo mi curso involucrado y el resto del colegio. La dinámica que se dio en el liceo fue muy bonita”, finaliza el profesor.